Conocer nuestro pasado para valorar nuestro presente.
Hacia el año 1938 el entrañable amigo y compañero Darío Dianda (hoy desaparecido) se ponía en comunicación con trabajadores de la actividad, inculcándoles la necesidad de formar un organismo para defensa de los trabajadores del ramo, había cierta resistencia en los obreros debido al tiempo en que vivíamos, en donde las organizaciones gremiales no tenían protección y en algunos casos eran perseguidos y sus dirigentes presos, al fin luego de una intensa actividad se llega a efectuar una reunión de los trabajadores del ramo, en esa primera reunión con un grupo reducido se sella la unidad y necesidad de agremiarse, se designa a tres compañeros para que preparen todo a los fines de realizar una asamblea del gremio, la que se realiza el 12 de mayo de 1938 y se conforma la primera Comisión Directiva cuya presidencia la ejerció el compañero Pedro Homan con la consigna de traer al gremio, al seno de la nueva organización gremial a todos los compañeros que por una causa u otra no habían concurrido. La anécdota interesante fue como debería llamarse la nueva institución gremial, se resolvió que no debía figurar la palabra sindicato (ignoramos cuales fueron los motivos) y se adopta por Unión de Confiteros, Masiteros y Afines; pero posteriormente se le agrega la denominación sindicato, eliminándose la palabra a fines y la designación de presidente que en el futuro sería Secretario General.
La Comisión designada se aboca a elaborar un proyecto de mejoras para solicitar a las distintas empresas entre otras cosas, aumento de salarios y fijar escala salarial, descanso semanal, el trabajo de ocho horas diarias y cuarenta y cuatro semanales y vacaciones anuales. Presentado el proyecto a los distintos establecimientos es rechazado en forma total por los empleadores haciendo oídos sordos al reclamo, lo cual dio lugar a que se hiciera la primer huelga del gremio, su resultado, perseguidos y maltratados, pero los fortaleció para proseguir en nuestra lucha para mejorar y humanizar el trabajo.
El gremio continuó su marcha ascendente y ante una nueva política que se generalizó en el país dio lugar a que cambiaran la mentalidad de los empresarios ya constituidos en Cámaras Patronales, se proyecta el primer ante-proyecto del Convenio Colectivo de Trabajo para la rama de confiterías, facturerías, pizzerías y actividades similares, en el mismo se habían incluido las aspiraciones de los trabajadores, como ser las cuarenta y cuatro horas semanales (que fijaba la Ley Provincial), descanso semanal de un día y medio, salarios mensualizados, bolsa de trabajo, vacaciones anuales pagas, reconocimiento de la entidad gremial, ropa de trabajo, como así también las herramientas necesarias para desempeñarse; presentado ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, hubo sucesivas reuniones con las entidades patronales, firmándose nuestro primer Convenio de Trabajo en el año 1947.